Esto es lo que debe pensar el Partido Popular con su calculadora electoral, que cuanto peor le vaya a las personas, mejor le irá electoralmente. Pero, ¿qué es entonces la política para la derecha, solo una manera de ocupar sillones olvidando que de sus decisiones depende la vida- en el amplio sentido de la palabra- de la gran mayoría de la gente?
Esta semana hemos conocido que nuestra economía sigue en una tendencia muy positiva en los primeros meses de esta nueva legislatura del Gobierno de Pedro Sánchez.La inflación ha bajado hasta el 2,8%, la tasa más baja en los últimos 6 meses, y las familias recuperan poder adquisitivo en un momento en el que, además, venimos de tener los mejores datos de empleo desde 2007.
En ese contexto, el Partido Popular y Vox no dejan de poner zancadillas en una deriva ciertamente delirante, tal y como ha ocurrido con su rechazo a los objetivos de déficit, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, dando al traste de esa manera con unas medidas que cuentan con la aprobación de Bruselas.
Este voto en contra de la derecha y la ultraderecha a la senda de estabilidad presupuestaria nos va a costar a los andaluces y andaluzas la nada despreciable cifra de 600 millones de euros. En pocas palabras, el Gobierno andaluz tendrá que reducir sus presupuestos en casi 200 millones de euros y el conjunto de los ayuntamientos andaluces en unos 400, de los que 46 millones se perderán en nuestra provincia.
Llegados a este punto, alguien se podría preguntar en qué le afecta eso en su vida, pues es bien sencillo: en no disfrutar de unos mejores servicios públicos, de una mejor sanidad y educación pública; en que se puedan ampliar plantillas o en mejorar las condiciones de los trabajadores y trabajadoras que se ocupan de esas tareas.
En realidad, he de reconocer que hay que ser muy ingenuo para pensar que el Partido Popular y Vox están por esa labor. Sus objetivos son otros, como todo el mundo sabe y porque no se cansan de repetirlos: quieren que el Gobierno caiga, cueste lo que cueste, sin pararse a pensar que fracasarán estrepitosamente, puesto que el presidente tiene muy claro que esta legislatura de progreso es para cuatro años. Bien haría el Partido Popular en dar un paso atrás en esa huida a las bravas hacia adelante y depurar todo lo que huele en su casa a corrupción. De esa manera dejarían de dar el espectáculo tan lamentable que en estos días nos están ofreciendo Ayuso y compañía. Mientras que el PSOE da ejemplo, Feijóo ampara a los suyos y agranda esa gran familia que ya conforman todos los que se han enriquecido cuando más se sufría en este país
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