El Gobierno de España se ha vuelto a situar en el lado correcto de la historia al reconocer el Estado de Palestina, tal y como ya han hecho más de 140 países y como propone Naciones Unidas. Se trata de una decisión histórica que tiene como único objetivo contribuir a que israelíes y palestinos alcancen la deseada paz. La visión de España sobre las fronteras entre ambos países está plenamente alineada con las resoluciones dictadas hasta ahora por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, así como con la posición que tradicionalmente ha mantenido la Unión Europea y, como ya ha dicho el presidente, Pedro Sánchez, no se reconocerán cambios en las líneas fronterizas de 1967 que no sean los acordados por las partes.
El reconocimiento de Palestina como Estado es una decisión que, pese a lo que trate de propagar torpemente la derecha, no va contra nadie. España reconoce a Israel como un pueblo amigo, respetado y apreciado, y con el que se quiere tener la mejor relación posible. El ejecutivo nacional ha manifestado ya su rechazo frontal a Hamás, que está en contra de la solución de los dos Estados, y condenó desde el primer momento y con toda contundencia los ataques terroristas del 7 de octubre. Una contundencia que es la expresión rotunda del compromiso absoluto de España en la lucha contra el terrorismo.
Como español, me siento profundamente orgulloso de la decisión adoptada por nuestro Gobierno que se basa en el respeto al derecho internacional y a la defensa del orden internacional basado en reglas, esas que nos hemos dado y que no se pueden transgredir. Son unos principios que nos deben guiar siempre con independencia del contexto. España está adoptando una diplomacia activa, al igual que al recibir al presidente de Ucrania, un país que está sufriendo la invasión de Rusia desde hace más de dos años. El papel que está jugando Pedro Sánchez en Europa y en el marco internacional está situando a nuestro país en una posición privilegiada de cara al exterior. En este contexto recobran una relevancia especial las elecciones del 9J donde tenemos que volver a llevar un mensaje de progreso, de solidaridad, de paz y de igualdad al Parlamento Europeo. Con una Eurocámara progresista, Europa, España y Almería seguirán avanzando. Las derechas nos condenarán al retroceso, como intentaron, pero no consiguieron, el 23J. El 9J hay que volver a decirles que no
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